El reconocido
escritor, Felipe Pigna, visitó la Feria Del Libro De Hurlingham para presentar
su nuevo libro de la serie Mitos, y dialogó con el Instituto Terciario Sagrado
Corazón de Jesús acerca de sus años como profesor, el rol de la historia en la
actualidad y la importancia de sentirse docente desde el mismo instante en que
se empieza a estudiar.
¿Qué recuerdos tenés de tu
paso por la docencia?
Hermosos recuerdos, los mejores.
Trabajé en varias escuelas del oeste, pero la mayoría del tiempo lo hice en el Carlos Pellegrini de
Capital Federal, que es un muy lindo colegio, en el que, además, junto a un
grupo de alumnos, pude hacer una serie de documentales de historia argentina.
Eso fue algo que me sirvió muchísimo para mi trabajo posterior. Ahí aprendí la
importancia de ser claro, y que el buen docente es el que siempre se asegura
que se haya entendido.
¿Qué diferencias hay entre la
historia que se enseña en la actualidad respecto de la más tradicional?
La principal diferencia tiene que
ver con la demanda, porque los chicos demandan otra historia. A los docentes más
conservadores enfrentar este momento que atraviesa la historia se les hace algo
verdaderamente complejo. Por suerte, creo que los libros de texto han mejorado
mucho, y los pibes son otros, tienen otras necesidades y eso modifica el
contenido y la forma de enseñar las materias.
¿Tu experiencia docente
te ayudó a escribir tus libros?
La experiencia docente fue algo fundamental. Dando clases desarrollé
la capacidad de síntesis, y aprendí a buscar y reconocer qué temas le interesa
saber a la gente. En las aulas entrené la voluntad de
claridad.
¿Qué nuevos desafíos tiene la
historia hoy?
Los mismos de siempre pero con la
diferencia de que hoy hay que competir con la velocidad del tiempo.
Constantemente se producen y acumulan hechos, se va cortando el plazo de
análisis y la historia tiene que dar respuestas casi en simultáneo al momento
en que se produce la información.
¿Qué influencia tiene la
historia en la política del presente? ¿Los jóvenes valoran hoy esta
importancia?
Es una obviedad decir que somos
lo que fuimos. La historia constituye al presente, se admita o no. Y el
presente, insisto, es producto del pasado. En cuanto los jóvenes y la
valoración de eso, tiene mucho que ver qué jóvenes, en qué contexto y con qué
posibilidades cuentan, pero, sin duda, hay un notable crecimiento del interés de los
jóvenes por la historia.
¿Qué consejo le darías a los
futuros docentes de historia?
Algo importante es que se sientan
docente desde el mismo momento en que ingresen a la carrera, que no esperen a
recibirse para tener contacto con el
aula. Porque una vez que empezaste a estudiar historia, ya estás adentro de un mundo muy particular
que tiene que ver con el conocimiento, la formación permanente y el contacto
con los alumnos. También que se den lugar para preguntarse si lo que les
interesa realmente es la docencia o la investigación porque cuanto más tempranamente se lo
pregunten dentro de la carrera, mejor será su futuro.